miércoles, 3 de agosto de 2011

My Father's Eyes


Mi padre siempre presume que sus ojos son los más bonitos del mundo.
Así que vivo a caballo entre los suyos, y los de mis hijos, que realmente los de ellos sí que lo son.
Aparte de la belleza del color, que en mi familia es casi un tema obsesivo, lo que más me importa es lo que pasa a través de ellos, y en gran medida, cómo se interpreta el mundo que te toca vivir.

Por tus ojos ves cómo media vida transcurre con tus padres. Ellos te quieren hacer ver el mundo bajo su propia perspectiva. Que aprendamos de sus errores y de algún que otro éxito. Nosotros en cambio, en ver de hacer esto, descubrimos nuevos fracasos que ellos no han sido capaces, o no han querido encontrar en sí mismos.
Debe ser el momento en el que dejan de ser ejemplo nuestro, para convertirse en unos ídolos caídos, que indudablemente queremos, a pesar, o gracias a sus maravillosos defectos.

Y llega la otra mitad de tu existencia, en que la cara se convierte en cruz y pasas a ser el modelo en el que alguien se mira como en un espejo, intentando encontrar respuestas a todo y deseando verse reflejados en nosotros. Aquel niño que un día fuiste, se convierte en padre.

My father's eyes, los ojos de mi padre, es una canción que la puedo escuchar de dos maneras, sintiéndome padre o sabiendo que soy hijo. Dos partes de un mismo todo. Como el mar, que no es mar si no hay orilla, o la orilla, que sin mar no es nada.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre se ha dicho que los ojos son el reflejo del alma. Está claro que los tuyos, herencia de tu padre, y los de tus hijos reflejan el mismo cielo... Bonito relato y un descubrimiento de canción. We have a date next week. Gracias, Mel. Beso.

melkarr dijo...

El artículo tiene una gracia añadida. Mis ojos no son míos. Son los de mi hija Marta. ¡Maravillas del Photoshop!

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