miércoles, 29 de diciembre de 2010

It's Raining Again

Estás haciéndote mayor
alguno dirá
para interpretar las señales
y marcharte


...Famous Last Words... Es el título del último disco de Supertramp en el que se incluye It's Raining Again y en el que todavía el genio de Roger Hodgson estuvo presente. Tras la gira de presentación de este álbum, decidió abandonar el conjunto que tanta fama y reconocimiento le había aportado. El binomio Hodgson-Davies ya hacía tiempo que se había roto, enrarecido también porque la mujer de Rick Davies era la manager del grupo. La separación entre los colíderes era tal, que en ...Famous Last Words..., cada uno compuso sus canciones y las interpretó y grabó por separado, incluso en lugares distintos. Roger Hodgson lo hizo en un estudio de su propiedad. A pesar de esta separación mal avenida, resulta paradójico que el conjunto del disco sea bastante uniforme. 

Hay canciones de momentos de incertidumbre, que me hacen pensar en esas puertas que se abren en una casa desconocida y que tras girar en los goznes de la bisagra, nos sorprende con su contenido. O ese capítulo que nos aguarda, sumergido en un libro nunca leído, cuando por fin lo tomamos en nuestras manos y vamos pasando las páginas una a una. Son también como los títulos iniciales de una película, proyectados en una pantalla, que preceden a unos momentos que vamos a vivir como propios, a unas sensaciones inéditas, pendientes de ser experimentadas.
La primera vez que escuché It’s Raining Again, fue en uno de esos tocadiscos de tapa de plástico roja con un asa, que se podían llevar de un lugar a otro. Era en casa de un antiguo compañero de clase, que se perdió como tantos otros en el devenir del tiempo.
Hacía un año que había experimentado un gran cambio en mi vida: Por fin, los pantalones del uniforme del colegio eran largos. Antes de ese momento, todo el mundo era testigo de mis tropiezos, viendo mis rodillas costrosas y tintadas de naranja - mercromina. Aquello había acabado. Ahora ya era mayor.
Todavía tenía por delante el último año de colegio, antes de ir al Instituto. Te decían que octavo era más fácil que séptimo, pero ese año tenía una asignatura llamada Química, que a priori me daba un poco de respeto.
Pero mi mente ya estaba en el Instituto. Aquel verano había ido por primera vez a Inglaterra, donde conocí a la niña de los ojos verdes, cuya belleza me había impedido ni hacer ni decir absolutamente nada. Al volver a Tenerife, me planteé incluso, convencer a mis padres para que el último año de primaria, me cambiasen al Colegio Luther King, el colegio de ella. Pero no encontré ningún argumento que resultase convincente. Así que resignado, me lo tomé como que aquél iba a ser un año de transición. Todavía tendría nueve interminables meses para dejar atrás aquel colegio que ya no conocía y por el que no sentía ninguna simpatía.
Ya no quedaba amigo alguno de la infancia en aquella clase, con los que aprendí a leer, a contar y a jugar al fútbol detrás de improvisadas pelotas de papel de platina. Ninguno de aquellos formidables espadachines, fieles mosqueteros del Rey, que libraban épicas batallas en el patio, entre columnas y escalinatas, había sobrevivido. El séptimo de caballería hacía tiempo que dejó de cabalgar por las praderas del recreo del Hispano Inglés. Indios y vaqueros ya no se enfrentaban en feroz combate, interrumpido por aquella odiosa campana, que nos devolvía al aula y a la realidad. Ya no quedaba nadie de aquellos valientes soldados. Mis actuales compañeros, ahora eran unos crueles desconocidos.
It’s Raining Again la ubico en la antesala de mi adolescencia, del cambio que supuso en mi vida el crecer y hacerme mayor. La incertidumbre de llegar a un lugar completamente desconocido, compartiendo sentimientos con otros chicos, que seguro se encontraban tan atemorizados como yo. Allí conocí casi nada más llegar, a los que acabarían siendo mis mejores amigos hasta el día de hoy. Yofri y Mario sin saberlo, están un poco en el principio de It’s Raining Again. Esta canción, es para mí la introducción, el capítulo inicial de una maravillosa historia, cuyas líneas estaban todavía pendiente de ser escritas…




Supertramp - It's Raining again por 19hippy55

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Niña Candela


Te llevaré hasta la Luna
entre nubes de algodón
yo seré tu caballero
te salvaré del dragón


Hace no mucho tiempo, en un día de junio, se casaron nuestros amigos Nacho y Natalia. Tuvo lugar en un sitio especial, casi mágico: La Casa Batlló que hizo Gaudí en el Paseo de Gracia de Barcelona.
En un momento del cóctel, nos condujeron a todos los invitados a la terraza, donde se proyectó un montaje de fotografías de los novios, desde su infancia, hasta el momento actual. La verdad es que me pareció tan bonito, que yo, que soy tan original, tomé nota para hacer lo mismo en mi boda, que sería dos años más tarde.
Aquella sucesión de fotos estaba engarzada con una canción muy agradable, de sonidos diría que tropicales, interpretada por una cantante con un acento y una voz muy melosa, que no había oído nunca.


Cuál no sería mi sorpresa, que la canción Niña Candela, completamente desconocida para mí, resultó ser de un grupo canario llamado Mestisay.
Desde aquel día y que me perdonen Nacho y Natalia, siempre que oigo esos compases con acento canario, no me acuerdo de su boda, sino de mi particular Niña Candela, mi hija Tiri. 

Hoy hace diez años que estás por aquí, eres ese torbellino que no para de dar vueltas, revolucionándolo todo, ese vendaval que quiero tanto.
Son diez años de idas y venidas, de alegría al encontrarnos y despedidas tristes, mirando cuándo será nuestro próximo encuentro. Siempre con esa forma de querernos, esa forma de existencia que nos ha tocado vivir, disfrutando cada efímero y escaso instante, con la intensidad e incertidumbre del que sabe que no dispone de mucho tiempo, ignorando cuándo nos volveremos a encontrar.


Tiri es especial. No sólo lo veo yo por ser su padre. Ella es un gran imán que genera una gran cantidad de cariño por todos los que la rodean. Es esa lluvia deseada por la tierra seca de amor, que canta la canción. Su llegada es una brisa, como canaria que es, es el Alisio que te besa la frente, aunque a veces el viento que generas, nos arrastre por completo.
Me dicen que eres una niña muy inteligente. Y debo creerlo, porque aunque estemos separados por una inmensa cantidad de agua, sabes que un poquito más allá, tienes en Barcelona tu otra familia que está deseando volver a verte pronto.


He estado releyendo unas líneas que te escribí, Tiri, hace ya unos años. Fue tras el nacimiento de tu hermana Marta, ese cómplice que tienes de tus mil aventuras. Hoy es tu cumpleaños. Quiero compartirlas ya contigo: 


"Me gusta pensar que en tu cuarto tienes una foto mía. Que desde pequeña te pusieron una cerca de tu almohada, para que no dejases de verme y saber que estoy en algún lado, pensando en ti. Sé que nada de eso es cierto, pero quiero pensar que ahora tú, con éstas que te envío, las pones junto a la que siempre has visto en tu cuarto. O tal vez las guardes en un pequeño cofre o en una caja de lata, donde tienes tus secretos y aquellas cosas que tanto quieres. Me encantaría estar en un sitio especial, dentro de ti..."











miércoles, 15 de diciembre de 2010

Lo Divino

Santa Cruz de La Palma, años 40


Cada lugar tiene sus propias tradiciones navideñas. Y Santa Cruz de La Palma no lo iba a ser menos. En la más bella capital de isla del archipiélago canario, hay numerosos conjuntos musicales llamados rondallas, que van interpretando villancicos por las calles, para deleite de todos, durante estas fiestas. Las calles de Santa Cruz de La Palma se adornan de luces y sobre todo de la música de las rondallas. Este sonido melodioso se ha convertido en la manifestación popular de la Navidad misma.

A pesar de que pensaba que esta costumbre era mucho más vieja, para mí fue una sorpresa el descubrir que se remonta tan sólo al año 1947.
Esta tradición de profundo arraigo en los palmeros y que se ha extendido al resto de las islas, comienza nueve días antes del día 24 de diciembre, es decir, hoy mismo, como anuncio de la llegada del Mesías. Estos nueve días, rememoran los nueve meses de gestación de la Vírgen María.
Las rondallas de las distintas parroquias y asociaciones, recorren de madrugada las preciosas calles empedradas de adoquines de la capital, interpretando varios villancicos, destacando éste entre todos los demás. El público no es sólo espectador, pues participa como pocos de la expresión musical, pues ha trascendido tanto, que se ha convertido en un sentir.

Jamás pensé que fuese a emocionarme con una pieza del folclore canario. Nunca he sido seguidor de él, a pesar de los inútiles esfuerzos de mi padre, para que viéramos juntos un programa de televisión llamado Tenderete. Cada viernes intentaba infructuosamente, que permaneciera junto a él, para ver a esas agrupaciones cantando en el plató, temas del floclore canario, con mayor o menor suerte en el difícil arte de no desafinar en directo.
No sé si es la lejanía a mi tierra, o simplemente que me estoy haciendo mayor, pero cuando he estado buscando este vídeo, me ha dado morriña y tal vez por la distancia, se me han humedecido los ojos, cuando me he sentido más canario que nunca.

Esta música me trae muchos recuerdos de las Navidades de mi infancia, cuando mi padre todavía tenía el espíritu navideño, desempolvaba su disco de Navidad Palmera en nuestro viejo tocadiscos, y no levantaba la aguja hasta que acababan las fiestas. Recuerdo unas Navidades que no fuimos a La Palma y que llamamos a mis abuelos y él, a golpe de conferencia telefónica, les puso esta canción, como para querer decirles que a pesar de no estar allí, se sentía más palmero. Tendría entonces la edad que yo tengo ahora. Debe ser eso, la ñoñería de los que acaban la treintena. Luego, su interés por la Navidad desapareció por completo.

Las Navidades, la Nochebuena, como todo en este mundo, tiene varias caras. Se puede pensar que son los momentos más tristes, por todos aquellos que queremos tanto y que ya no están. Quizás eso alejó a mi padre. Este año además ya no tiene a su hermano. Mi tío Fico es el primer año que no nos acompaña. Los adoquines de las callejuelas de La Palma, estarán tristes porque los Viejos Villanciqueros se encontrarán huérfanos de su voz y de su buen humor, como todos nosotros.
Y aunque sé que aparecerá, o en el refilón de un brindis por el futuro al alzar las copas, o al cantar villancicos (porque este año voy a cantar...), como justo homenaje a alguien que nos dio tanto, debemos intentar estar alegres, porque tenemos todos los ingredientes para serlo.

Siempre te faltará alguien, pero igualmente hay alguna personita nueva que asoma la cabeza a la familia, que te trae una nueva alegría y que te pide con su mirada, que estos momentos también quiere que sean especiales para ella. Y eso depende de los que nos quedamos. Hace nada que Clara está por aquí. Creo que es un buen momento para estar juntos, y disfrutar de la Felicidad.



miércoles, 8 de diciembre de 2010

Drive




¿Quién te va a llevar a casa esta noche?
¿Quién te recogerá cuando te caigas?
¿Quién te colgará cuando llames?
¿Quién le prestará atención a tus sueños?


Drive fue el tercer single que lanzó el grupo The Cars, de su álbum Heartbeat City y supuso su mayor éxito internacional. Como muchos otros temas, fue compuesto por el líder de la banda, Ric Ocasek, pero en esta ocasión quien pone la voz es el bajista del grupo, Benjamin Orr.

El tema Drive fue además, la sintonía de un montaje audiovisual del concierto Live Aid de 1985 de Bob Geldof, mostrando la pobreza de África.
El vídeo de la canción fue dirigido por el actor Timothy Hutton, que a modo de curiosidad, es el actor más joven que ha obtenido un Oscar (20 años) por la película Ordinary People.  
En el vídeo de Drive, se muestra a Ocasek discutiendo con una joven, interpretada por la supermodelo Paulina Porizkova. Paulina, de origen checo, fue protagonista de un conflicto internacional cuando tenía tres años. Sus padres, huyendo de la invasión soviética de Checoslovaquia, la dejaron a cargo de su abuela, confiando en poder recuperarla después. Una vez en el exilio sueco, las autoridades checas se negaron a que la familia se reuniera, teniendo que intervenir el propio Primer Ministro de Suecia, Olof Palme, que lo logró tras arduas negociaciones. Más adelante, con 19 años, esta chica checa, luego nacionalizada sueca, llegaría a ser portada, entre otras, de la famosa revista Sports Illustrated. 

Ric Ocasek, hijo de un analista de la NASA y casualmente también de origen checo, conoció a Paulina en el rodaje del vídeo de Drive. A pesar de que sus personajes mantienen una tensa relación, entre ellos surgió el amor y acabarían casándose poco tiempo más tarde.

Mi añorado Volkswagen era una magnífica sala de audiciones, con una excelente acústica que con su redondeadas formas, hacía rebotar las ondas sonoras por todo el espacio. Además de cómplice impagable de escarceos y desventuras amorosas, mi Volkswagen acompañó a aquel jovencito imberbe con su orgullosa "L" recién conseguida, en todas aquellas idas y venidas. Paseos en coche, escapadas por alguna playa perdida, descubrir rincones nuevos por toda la isla, salidas nocturnas de fin de semana, las terrazas de verano...
Recuerdo la época de Drive como aquélla en la que la música lo invadía todo. Cada instante compartido, cada beso, cada caricia, cada lágrima, iba siempre acompañado de un fondo lleno de música.

Cuando estaba solo y oía esta canción, no dejaba de hacerme la pregunta del estribillo: ¿Quién te va a llevar a casa esta noche? La respuesta que me daba, era siempre la misma: Yo, por supuesto.



miércoles, 1 de diciembre de 2010

Lady In Red

Y cuando te giraste y me sonreíste
Me quedé sin aliento
Nunca había sentido nada así
Tal sentimiento de amor completo y absoluto
Como el que siento esta noche


El prácticamente desconocido Chris de Burgh no podía imaginar que su disco Into the Light iba a tener tal éxito cuando terminó de grabarlo. Gran parte de la culpa la tuvo aquella balada llamada Lady in Red.
Chris de Burgh era hijo de un coronel británico y una irlandesa, que nació y pasó los primeros años de su vida en Argentina. Por eso domina perfectamente el castellano.
De vuelta a  Irlanda, se dedica a ayudar a sus padres en el negocio hotelero, tras restaurar un castillo familiar y reconvertirlo en hotel, donde el joven Chris deleitaba a los huéspedes subiéndose al escenario.
A pesar de terminar estudios de Arte e Historia Francesa e Inglesa, decide abandonarlo todo por la música, lanzando varios discos de éxito limitado, hasta que llegó Lady in Red.

Lady in Red fue escrita por Chris de Burgh, existiendo muchas interpretaciones acerca del origen de dicha canción. En un principio se dijo que la había compuesto recordando el día que conoció a su mujer, Diane. Hace  referencia a ese imperdonable olvido que sufren los hombres, que son incapaces de recordar aquel vestido que llevaban las mujeres el día que las vimos por primera vez.
Se dice que la propia Lady Diana, tras un pequeño concierto, fue a los camerinos a ver al cantante y darle las gracias por haber hecho aquella canción en su honor, pues era de conocimiento público su predilección por los trajes rojos. Chris de Burgh se sintió halagado, pero inmediatamente le sacó de su error. En una entrevista en un programa de TV, el propio Chris de Burgh comentó, que en realidad, lo que le inspiró fue ver a Diane en una sala de baile abarrotada de gente, y que él en un primer momento ni se dio cuenta de que era ella. Esto le hizo pensar que a menudo la gente no aprecia lo suficiente  a las personas más importantes de sus vidas, dándose todo por supuesto y cómo después de un tiempo, nadie ya recuerda las cosas que les condujeron a estar juntos.

En el disco Into the Light, además está otra canción, llamada For Rosanna, que la compuso en honor a su hija Rosanna Davison, que más tarde llegaría a ser Mis Mundo 2003. Viendo a Chris de Burgh y a su hija, se plantean serias dudas sobre la veracidad de las leyes de la Genética.

No recuerdo bien cuándo fue la primera vez que oí Lady in Red, pero cuando la escuché en aquella terrible película Armas de Mujer, tuve que tragar varias veces saliva, porque la belleza de sus notas me arañaba el alma. No sabía con quién, pero intuía que aquélla sería una canción especial con alguien que aún no conocía.

El día que vi a Lourdes por primera vez, no iba vestida de rojo. Aunque he de decir que recuerdo perfectamente cómo iba vestida. De aquellos días de conversaciones interminables, surgió el tema de la música y Chris de Burgh con su Lady in Red apareció de nuevo.
Aunque tenemos unos gustos musicales completamente distintos, coincidimos en esa canción. Creo que no en muchas más nos sucede lo mismo y por eso, fue la que escogimos para abrir el primer baile de nuestra boda.

Todavía cuando escucho las primeras notas de Lady in Red se me aparece el precioso rostro de mi mujer y el corazón me empieza a latir con más fuerza. El alma continúa dándome pellizquitos como aquel día que la vi por primera vez y sentí que por fin la había encontrado.