La vida no se parece en nada al cine. Los finales no tienen música de fanfarria, con una orquesta que nos conduce hasta el perfecto desenlace. No son felices como nos ha querido hacer creer la gran pantalla. De eso sabe mucho mi querido protagonista de hoy. El héroe de mis relatos inventados, el más noble y bueno de las personas que he conocido, mi querido amigo Mario.
Hoy no hay dosis de nostalgia, pues la composición del cantante Seal está aún muy fresca en mis sentidos. La oí casi por casualidad hace menos de una semana, y sin saber exactamente por qué, pensé en Mario.
Caminamos juntos, pero por caminos distintos desde que éramos casi niños, muchos años ya. Por eso sé que éstos son unos días muy tristes para él. Ha perdido a alguien muy importante en su vida. Y quizás por eso, porque mis pensamientos están con Mario, con su tristeza y su pena, cuando el otro día apareció esa canción, sonando en mi radio, me sorprendió pensando en mi amigo.
La he oído varias veces estos últimos tres días y no soy capaz de desprenderla de él. Por eso hoy es un poco distinto. No traigo recuerdos en estado puro. Traigo el inicio, la primera etapa de unos futuros recuerdos, que tendré cuando escuche nuevamente, dentro de unos años, este Secret y piense otra vez en lo frágil y lábil que es la existencia humana y lo grande y maravilloso que es la amistad.
1 comentarios:
Fiel a mi cita con la música... Me encanta Seal, esta canción es preciosa.¡Qué suerte tener amigos como Mario o como José de Mariogonpe o Joe Marioweather! Un buen amigo es un lujo. Como dice otra canción "Friends will always be friends". Gracias Mel. Hasta la semana próxima.
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