miércoles, 7 de diciembre de 2011

Undertow


A veces el miedo, la adversidad, te está esperando acechando en una esquina, aguardando que tu paso incauto, despreocupado, se tope con él. Uno nunca sabe lo que le espera el día después. Por eso desde que me dedico a lo que me dedico, intento pensar que cada día es especial y actuar en consecuencia, aunque la verdad es que a veces se me olvida. Pero ya se sabe que una cosa son los buenos propósitos y otra es la realidad.

Anoche pensé de nuevo sobre esto cuando llegué a casa, después de pasar un día estupendo con Luigi y Cecilia. No nos vemos con mucha frecuencia, pero de vez en cuando nos acercamos hasta su casa, en un precioso pueblito de casitas blancas con puertas azules, que lamen la espuma del mar de la costa Brava.

Nuestros encuentros, desde que huyeron de Barcelona para intentar esa aventura, se han ido espaciando en el tiempo, pero a pesar de ello, el paso de los años han ido madurando nuestra amistad que cada vez es más intensa. Los momentos que compartimos, siempre son agradables, entrañables, quedando cada vez que nos volvemos con el dulce gusto en la boca, de las ganas de más, deseando que el placer se repita pronto.

Esta visita tenía un invitado inesperado. Ahora el miedo se ha instalado en sus vidas, la cruel incertidumbre de la enfermedad, la incógnita del futuro. Cada paso es importante, pero cada avance es una etapa desconocida, un nuevo reto que superar.

Y aunque la terrible realidad está presente y lo más lógico es el desánimo, Luigi y Cecilia, a veces Cecilia, otras Luigi, sacan lo mejor de sí mismos y se animan mutuamente.
Cuando se conocieron, hace ya muchos años, ambos eran animadores de un hotel. De ahí les ha debido quedar ese poso de optimismo y humor, del que tanto se nutren ahora. La Medicina puede aportar mucho por la salud de las personas, pero el optimismo y las ganas de luchar, estoy convencido que son los ingredientes principales para conducir la nave a buen puerto. Y pronto, cuando menos lo esperemos, se encontrarán de nuevo en el punto de partida, en la línea de salida, como si no hubiese pasado nada. Pero no será así, mirarán atrás y verán la inmensa vuelta que han dado, pero para entonces serán más fuertes y más felices, porque lo habrán superado.

Pensando en ellos vino a mi memoria una canción de Genesis, llamada Undertow. Un tema absolutamente desconocido, sumergido dentro de un disco llamado ...and there were three..., algo así como ...y entonces quedaron tres..., clara referencia a que se trataba del primer álbum en estudio tras la marcha de su líder Peter Gabriel.

Los puristas del rock sinfónico odian ...and there were three... y sobre todo su tema estrella, Follow you, follow me, porque lo consideran el fin del rock sinfónico y el amanecer de un nuevo estilo, menos auténtico de Génesis, el pop-rock. Lo que es cierto es que a partir de aquí, el éxito del grupo creció infinitamente y sus seguidores se multiplicaron por millones en todo el mundo.

Undertow es un tema que me encantaba escuchar en mis momentos más tristes y más bajos de ánimo, porque parecía amoldarse a lo que creía entonces que era, como diría F.Scott Fitzgerald, mi delicada existencia. El tema es desgarrador, pero esperanzador a la vez, pues hace reflexionar sobre lo extraordinario que puede llegar a ser los momentos rutinarios de cada día.

Undertow es poesía pura. Una obra maestra. Luigi, a pesar de no tener vergüenza y reconocer que es un fiel amante de Luis Aguilé, seguro que lo apreciará. Su letra y su música le hará pensar y tal vez Undertow le dé ese pequeño impulso que necesita para que sus ideas y sus reflexiones sobre su delicada existencia, vean la luz en un blog que espero con tanta ansia poder leer pronto. 


Mejor será pararse a pensar un momento
O no pensar nunca más
Si este fuese el último día de tu vida, amigo mío
Dime, ¿Qué crees que harías entonces?

Permanecer de pie y aguantar el golpe que te ha dado el destino
Hacer la mayoría de las cosas que aparezcan o
Echarte en el suelo y dejar que las lágrimas rueden
Llorando a la hierba y a los árboles y entonces el cielo estará a tus pies

Déjame vivir otra vez, deja que la vida me encuentre deseando
La primavera debe volver a vencer al escudo del invierno
Déjame sentir una vez más los brazos del amor rodeándome,
Diciéndome que los peligros han pasado,
Que no necesito temer al frío nunca más



3 comentarios:

Ángela Martín dijo...

Melito... mi canción preferida de ese disco. Chapó!!!!

Moisés Alemán dijo...

Se la dedicaré a una amiga que ha empezado un duro viaje con la ilusión de llegar a buen final... :)

Anónimo dijo...

Disfruto cada momento de la Genesis, desde "From Genesis to Revelation" hasta "Calling All Stations"..

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