Nunca pensé que tantas canciones que conocía, incluirían el vocablo Hold. Esto se debe, como suele descubrir pronto el que se aventura a aprender inglés, que Hold, como muchas otras palabras, dependiendo de su forma verbal, de los adverbios que lo acompañan, o del contexto, tiene múltiples significados, lo que hace todo un poco más complicado.
Smokey Robinson, compuso en los sesenta un tema que se convertiría en un clásico de la música, infinitamente versionado, llamado You've really gotta a Hold on me, donde la expresión quería decir algo así como: He caído bajo tu hechizo.
La década siguiente, La Electric Light Orchestra, conocida como ELO, paradigma de un sonido ya desaparecido como fue el del rock sinfónico, con Hold on Tight te animaba a que te aferraras a un sueño. Por aquella época, temas cantados por intérpretes como la banda Toto, se hicieron famosos con canciones como Hold the Line (No cuelgues) o Holding Out for a Hero de Bonnie Tyler, que se comprometía a resistir hasta que llegase su héroe.
En los ochenta, los efímeros Thompson Twins (así llamados, en honor a Thomson y Thompson, los hermanos Hernández y Fernández ingleses), decían: cógeme ahora en Hold me Now.
Tracy Chapman, poco después, preguntaba: Baby can I Hold you, Cariño, ¿te puedo abrazar? Clásico entre los clásicos como versión cantada con walkman al pasar la aspiradora.
Las Wilson Phillips (hijas de los Beach Boys y de Mamas and the Papas), cantaban en su Hold On a un amor para que tuviera paciencia, que se esperase al menos un día más. Eso mismo debió pensar Genesis, cuando le pidió a su corazón que se detuviera, que no corriese, en Hold on my heart, que aunque es para mí muy especial, siempre me pareció la segunda parte de una canción perfecta: In too Deep, de la que hablaré algún día.
Hold me 'til the morning comes fue producto del abrazo artístico del niño prodigio de la canción de los años sesenta, Paul Anka y del líder del grupo Chicago, Peter Cetera. Paul Anka sería el mentor de un cantante, canadiense como él, llamado Michael Bublé, que unos años más tarde, cantaría un tema llamado Hold On, que compondría el propio Bublé con Amy, la hija de David Foster, amigo de Anka y productor de Chicago.
Para mi sorpresa, hold ha sido un vocablo más usado de lo que pensaba. Incluso una banda de Liverpool de escaso éxito, llamada The Beatles, quería cogerte de la mano, cuando recurrió a la palabra hold, en una canción que se llamaba: I wanna Hold your hand.
Para mi sorpresa, hold ha sido un vocablo más usado de lo que pensaba. Incluso una banda de Liverpool de escaso éxito, llamada The Beatles, quería cogerte de la mano, cuando recurrió a la palabra hold, en una canción que se llamaba: I wanna Hold your hand.
Muchas veces uno cree saberlo todo, o casi todo y de vez en cuando la realidad te coloca en tu sitio. Como en muchas cosas de la vida, a menudo nos dejamos llevar por los prejuicios y eso fue lo que me sucedió con el tema de hoy, mejor dicho, con su cantante.
Siempre había creído que Michael Bublé era un sucedáneo de Frank Sinatra, un producto de márketing que no había atraído mi atención y no merecía la pena ser escuchado. Pero hace unos días, casi por casualidad, descubrí una canción que me sorprendió. Conocía Home, que la había encontrado una balada deliciosa, pero de Michael Bublé no había oído mucho más. Sabía que versionaba temas clásicos del cancionero americano, pero no me habían despertado el más mínimo interés, porque siempre había preferido quedarme con sus intérpretes originales: Ella Fitzgerald, Louis Armstrong, Bing Crosby, Etta James, Billie Holiday, Nat King Cole, Dean Martin, Frank Sinatra...
Pero como contaba, en una página olvidada de un libro escondido, o sumergida en una fosa abisal, de esos mares cibernéticos en los que uno navega, mientras estás en una de esas guardias de 24 horas que se te hacen interminables, puede que sin darte cuenta, salga a la superficie alguna canción sorprendente. Aquel día miraba mis fotos y no podía apartar la vista de las imágenes de Lou, Tiri, Marta, Guille y Clara y pensaba en las ganas que tenía de estar en casa. ¿Qué trastada estaría haciendo Guille en ese momento? ¿Qué frase repipi diría Marta para asombro de todos? ¿Alguien habría averiguado en mi ausencia el significado de Datum-patum, que repetía Clara a todas horas? ¿Cuántas cosas me pierdo por no estar allí?
- Tranquilo, tranquilo (Hold on, hold on...) - me decía. Cuando menos te lo esperes, estarás de vuelta.
Y esa nostalgia, tantas veces interrumpida con las salidas de la ambulancia, era acompañada por Hold On, de Michael Bublé, que iba sonando poco a poco en mis auriculares, encajando perfectamente en mis pensamientos.
Hold On me recordaba que por muy mal que fuese la guardia, por muy triste que estés, por muy difícil que parezca todo, no se deben de perder de vista las cosas que realmente son importantes. No hay que desesperarse, porque pronto se hará de día y llegaré a casa. Y como el avión que se mantiene atento a que se le dé la autorización de despegue en el punto de espera o holding point, para comenzar la carrera y hacerse al aire, así me sentiré cuando abra la puerta y todos acudan al oir el sonido de las llaves girando en la cerradura. Al verme rodeado por sus rostros felices y sus besos, comprenderé una vez más, que los malos momentos quedan fuera, tras de mí y sabré lo afortunado que soy por tener esta familia.
Pero como contaba, en una página olvidada de un libro escondido, o sumergida en una fosa abisal, de esos mares cibernéticos en los que uno navega, mientras estás en una de esas guardias de 24 horas que se te hacen interminables, puede que sin darte cuenta, salga a la superficie alguna canción sorprendente. Aquel día miraba mis fotos y no podía apartar la vista de las imágenes de Lou, Tiri, Marta, Guille y Clara y pensaba en las ganas que tenía de estar en casa. ¿Qué trastada estaría haciendo Guille en ese momento? ¿Qué frase repipi diría Marta para asombro de todos? ¿Alguien habría averiguado en mi ausencia el significado de Datum-patum, que repetía Clara a todas horas? ¿Cuántas cosas me pierdo por no estar allí?
- Tranquilo, tranquilo (Hold on, hold on...) - me decía. Cuando menos te lo esperes, estarás de vuelta.
Y esa nostalgia, tantas veces interrumpida con las salidas de la ambulancia, era acompañada por Hold On, de Michael Bublé, que iba sonando poco a poco en mis auriculares, encajando perfectamente en mis pensamientos.
Hold On me recordaba que por muy mal que fuese la guardia, por muy triste que estés, por muy difícil que parezca todo, no se deben de perder de vista las cosas que realmente son importantes. No hay que desesperarse, porque pronto se hará de día y llegaré a casa. Y como el avión que se mantiene atento a que se le dé la autorización de despegue en el punto de espera o holding point, para comenzar la carrera y hacerse al aire, así me sentiré cuando abra la puerta y todos acudan al oir el sonido de las llaves girando en la cerradura. Al verme rodeado por sus rostros felices y sus besos, comprenderé una vez más, que los malos momentos quedan fuera, tras de mí y sabré lo afortunado que soy por tener esta familia.