miércoles, 1 de junio de 2011

Viva la Vida



Muchas veces he reflexionado acerca del sentido del éxito o de su otro lado más amargo, el fracaso. Del primero pronto lo olvidamos y en cambio el segundo, deja una huella más profunda.
Los fracasos son más dolorosos cuanto más cerca estás del triunfo, aunque el resultado sea el mismo. Recuerdo de mi época universitaria, estar estudiando una asignatura todo el verano, sin poder hacer otra cosa, encerrado con mis apuntes y mis rotuladores de colores, sin tener otra vida, más allá de esos folios. Para cuando llegó el día del examen, ese aciago día de septiembre, acabé marchando a casa con un suspenso, que me haría arrastrar esa asignatura otro año.
El haber estado cerca de conseguirlo, tiene la misma distancia que si me hubiese ido de crucero todo aquel verano. El éxito no entiende de distancias. No existe un casi. Lo alcanzas o no. Es un todo o nada.

Es una situación que he vivido otras veces en mi vida. Y debo decir que mis fracasos, los grandes, porque deposité muchas ilusiones en ellos, y los no tan grandes, han sido muy provechosos, aunque descubrir el mensaje me llevase mucho tiempo. No he conocido cita más apropiada, que la del genial Dickens, que decía que cada fracaso enseña al hombre algo que tenía que aprender. Una lección dolorosa, de un gusto desagradable, que cuando lo has asumido, te enriquece, te hace ser humilde y casi me atrevería decir, que te hace ser mejor persona.

Hace cosa de dos años, volví a tocar el cielo con la yema de los dedos. Se nos ofreció a los médicos de la plantilla, la oportunidad de ocupar la vacante de jefe médico, tras la marcha del antiguo responsable. Después de una exhaustiva selección, y numerosas pruebas, finalmente quedamos dos candidatos. El otro y yo.
Aquella tarde tenía la enésima entrevista. Fui caminando por la diagonal, concentrándome para dar lo mejor de mí, ante una oportunidad como aquélla. Justo antes de llegar allí, de mi Ipod sonó de forma aleatoria, Viva la Vida de Coldplay. Su ritmo enérgico, que parecía haber sido escogido a propósito por el destino, me contagió su fuerza y su intensidad. Ese estímulo positivo me recordó a aquella fanfarria olímpica, que animaba a los atletas en los juegos de Los Ángeles de 1984. Sonaban las notas de Viva la Vida y yo sentía que era la banda sonora que acompañaba al vencedor, camino del monte Olimpo.

Coldplay tituló esa canción y al disco que lo contiene, inspirándose en la leyenda que aparece escrita en un cuadro de la pintora mexicana Frida Kahlo. Unos días después de mi entrevista, supe que ese mismo tema que me había estimulado tanto, lo usaba Pep Guardiola, el entrenador del Barcelona, para arengar a sus jugadores antes de cada partido.
Viva la Vida ha sido no sólo gracias al Barcelona, una canción de éxito. Ha sido acusada de plagio por parte del artista Joe Satriani, cuya composición If I Could Fly tiene bastantes similitudes. Pero tanto si prospera como si no, la versión de Coldplay es legendaria.
Al pensar en esos momentos, me veo como un pobre ingenuo, por creer que el fracaso no me esperaba al otro lado de la puerta. Esa música de fondo sólo podía sonar para los vencedores. Aquel día, como tantos otros en los que no he ganado y la suerte me ha dado la espalda, pude aprender que la línea que separa el éxito del fracaso es muy etérea y a veces indistinguible. Desde entonces nunca sé si es un fracaso no haber logrado el éxito, o en cambio, puede haber sido un éxito el haber fracasado.
Viva la Vida me recuerda que el fracaso no es no lograr nuestros objetivos deseados, sino el no aprender cuando no lo hemos conseguido. 
  


3 comentarios:

Anónimo dijo...

No puedo faltar a mi cita con la música de Melkarr los miércoles. "Viva la Vida" bonito título para una canción con un ritmo que parece dar energía y subida de ánimo, si no miren donde ha llegado el Barcelona... Thank you, Mel. Un beso

Le grand bleu dijo...

VIVA LA VIDA!!!

Ummmm, este tema me recuerda a concursos, tensión, ilusión, decepción, alegrías, pero sobre todo PASIÓN. Y todo esto rodeados de amigos, lo que añade una GRAN SATISFACCIÓN.

Pues que viva la vida, con sus alegrías y decepciones.
Son mi espejo, mi espada y mi escudo.

Mario González dijo...

Bravo Mel! Gracias por hacernos ver de manera tan clara lo que a veces pensamos y no somos capaces de entender y, por supuesto, gracias por el temazo escogido este miércoles. LIVE GOOD!

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