Cuando las fichas de dominó están muy juntas, sólo basta que caiga una, para que todas aquéllas que están a continuación, hagan lo propio. Ya hace unos meses que cumplí mis deseados 40 años y todo era cuestión de tiempo, el ver cómo poco a poco les va tocando el turno a los demás. Y así, aunque presume de ser un jovencito, un experto bailarín de salsa o incluso osa retarme al tenis, a mi cuñado Fran, inevitablemente, le ha llegado su momento.
Por Fran siento un inmenso cariño y sobretodo una gran amistad, que comenzó mucho antes de que nuestros destinos se uniesen para siempre. Y no me refiero al haberme casado con su hermana. A mi cuñado le debo el dudoso honor, de haber logrado que me cogiese mi primera borrachera. Algo a lo que mi padre le está muy agradecido. (Cuando se enteró, me dijo: Ya era hora. Me tenías preocupado...)
Por eso, a modo de pequeño homenaje por haber alcanzado esta efímera meta, quiero traer este tema musical, que sin querer me recuerda a él.
Mejor dicho, me recuerda a nuestros furtivos encuentros deportivos. A ese palco preferente que tenemos desde esta temporada.
Un buen día Fran me invitó a ver un partido Madrid-Barça a casa de un amigo y allí que me fui con él. El resultado deportivo es lo de menos (signo evidente de que nos dieron por todas partes), pero ese día sirvió para compartir la amistad de Óscar y José Luis, sus mejores amigos.
Ya que el club blanco no podía ofrecernos alegrías, como personas jóvenes que éramos (todos aún teníamos 39), decidimos dárnoslas nosotros mismos, así que sustituimos fútbol por comida, bebida y... buena música.
Aquella tarde descubrí Crowd Chant, composición del famoso guitarrista Joe Satriani.
A priori es un tipo de música que nunca me ha atraído, pero tal vez guiado por los efluvios del alcohol o por la amargura de la derrota deportiva, le di la oportunidad a un virtuoso de la guitarra, al que nadie le puede negar una maestría en el dominio del instrumento, que en sus manos parece tener vida propia.
Pero para Joe Satriani nunca fue así. Ni siquiera él imaginaba que dedicaría su vida a la música. De hecho, estaba en el colegio, entrenando al fútbol, cuando oyó en un transistor de radio que estaba por allí cerca, la noticia de la muerte de Jimmy Hendrix. Como el que avista una aparición mariana, dejó todo, se dirigió hacia su entrenador y le dijo que no quería jugar más al fútbol, su futuro sería convertirse en guitarrista, como Jimmy Hendrix. Tenía 14 años.
El resto de su vida musical está jalonada de éxitos y sus ventas han sido millonarias. Aunque su música no encaje con todos los gustos, es innegable sus inmensas dotes que lo convierten en una referencia de la música moderna. Así que todos aquéllos que oigan Crowd Chant por primera vez y que no se sientan atrapados por la fuerza de sus notas y el intercambio constante entre público y guitarra, les rogaría que la volvieran a escuchar de nuevo. A mí me sucedió lo mismo. Y es que reconozco que soy un cursi que escucha canciones tipo Say You, Say Me, pero con Satriani he descubierto el dar la oportunidad a otro tipo de géneros. De hecho, esta vez que la oído, que creo que es la 120, me ha gustado más que la 119...
Para todos aquéllos que ya la conozcan o estén deseosos de más, aquí hay un pequeño vídeo de cómo se grabó.
Crowd Chant es empleada a menudo como música para amenizar la entrada de equipos de hockey en el terreno de juego, como lo son muchas otras canciones usadas como himnos deportivos, mucho antes que el Waka-Waka, como por ejemplo: We Will Rock You de Queen, Born in the USA de Bruce Springsteen o Jump de Van Halen. Así que no es de extrañar que al escucharla me transporte a nuestras citas deportivas, con mis camaradas Óscar y José Luis. Los cuatro constituimos un reducto subversivo. Somos una resistencia blanca dentro de la ciudad condal. Nadie conoce nuestro grupo clandestino, que salta y grita ante los goles (pocos de momento), que le endosamos al rival azulgrana. Somos un oasis en mitad de un árido e interminable desierto. Mientras, estamos agazapados, escondidos, esperando pacientemente que ese maldito e inacabable ciclo del Barça, acabe de una vez. Ése sí que sería un buen regalo de cumpleaños para Fran.
3 comentarios:
Es una cancion que transmite mucha energia y que está en conexion total con las personas que escuchan esta obra de arte. Has hecho muy buena eleccion. Sigue así y te dejaré ganar el proximo partido de tenis jajajaja
¡Muchas Felicidades a Fran! ¡No sabía que ya hubiese llegado a los 40! La elección de hoy creo, en mis pocos conocimientos sobre música moderna, que en "live" pierde bastante. Al ver el video de cómo se grabó, la combinación de guitarra y coros me parece genial. Mel, siempre sorprendiendo con tu amplio abanico musical.
Bueno, bueno, muy bueno. Veo que a partir de ahora ya no somos tan clandestinos...de momento porque la próxima temporada estoy seguro que sacaremos pecho como gallo en corral de gallinas. En fin,que me ha gustado mucho y felicidades por el blog. Salud.
Publicar un comentario