Las calles de Barcelona estaban húmedas anoche, tras la tormenta caida durante el último partido Madrid-Barça. Salí del piso de mi cuñado Fran. Ahí nos habíamos reunido para ver juntos el fútbol. Me metí las manos en los bolsillos de la chaqueta y empecé a andar, camino de casa.
Poco a poco las aceras se iban llenando de algarabía y de felicidad, por haber eliminado de la copa de Europa al eterno rival.
Las derrotas deportivas hace muchos años que no me causan ninguna tristeza. De hecho, he aprendido a convivir con ellas. Somos compañeros de viaje que coincidimos con mucha frecuencia. Mientras iba dirigiéndome a casa, pensé sobre todo esto. Sobre el que gana, y sobre el que pierde. Creo que casi me gusta más la melancolía del derrotado, que la zafia vulgaridad del ganador, ciego por el éxito, que no es consciente de lo que ha logrado y por eso no sabe administrar con elegancia su triunfo.
Soy del Madrid y vivo en Barcelona. Y como actor de una obra que me corresponde representar a menudo, desde siempre me he visto obligado a ocultar mi condición de aficionado al equipo que viste de blanco. Así que enfundado en mi chaqueta, como suelo hacer en estos casos, asumiendo perfectamente mi papel, esbocé una sonrisa durante el trayecto de vuelta a casa.
Mientras caminaba, pensé en ese lugar en el que puedo cantar los goles de mi equipo sin temores. Aquél en el que no debo ni callar, ni fingir mis sentimientos. En mi mente, volvió a aparecer Madrid.
Y en un día de lluvia como fue ayer por la noche, recordé la canción Two People de Tina Turner, cuya letra habla de encontrar cobijo en un día de intensa lluvia.
La primera vez que la oí fue cuando vivía en esa ciudad. De vuelta, tras cenar fuera, un compañero de clase me alcanzó en coche a casa. Hablábamos probablemente de cosas importantes, que con el tiempo ya no son más que cuestiones intrascendentes. Bajo sus palabras, me pareció oir la voz de Tina Turner, que salía de la radio de su coche, cantando: "...shelter on a rainy day...", palabras que repetí en mi cabeza una y otra vez, mientras la movía de arriba a abajo, fingiendo que me interesaba por la conversación.
Con esa pequeña pista, comencé mi búsqueda, hasta que unas horas más tarde, en la red, descubrí que se trataba de Two People, hasta aquella noche, desconocida para mí.
Y desde entonces, Two People es Madrid. Cuando la oigo, no puedo evitar pensar los momentos maravillosos que viví aquella temporada allí. A Madrid le debo todo lo que soy y lo que tengo ahora. No muy lejos del lugar donde escuché por primera vez Two People, conocí a la mujer que acabaría llevándome a Barcelona. Madrid es el origen de mi presente. Sólo por eso creo que está justificado el que sea madridista, aunque la alegría de la calle, los cánticos jubilosos, los petardos y el color azulgrana que envuelve todo, me recuerde que hemos vuelto a ser derrotados.
2 comentarios:
También yo tengo una gran afición por este equipo del que tú, en algunos casos como éste, eres un sufrido seguidor. Así que ahora que no nos ve nadie ¡Arriba el Madrid "manque" pierda! Pero hoy toca hablar de música y Tina Turner es una de las grandes. ¿Es, quizá, como dice el título de uno de sus éxitos "Simply the best"? Gracias, Mel, buena elección. Un beso y hasta la semana próxima.
A estas alturas, con el orgullo blanco malherido, lo mejor es dejar a un lado los colores. Sé de las sensaciones que provocan a un madridista residente en esta ciudad las victorias blaugrana... He de confesarte que, después de tus explicaciones, me he hecho algunas preguntas sobre las preferencias futboleras de esta barcelonesa.
Hacía tiempo que no escuchaba a la Turner, así que te felicito otra semana más por tu elección. Siempre es agradable contar con su voz en el repertorio.
Además, llevo medio año queriendo hacer una escapada a Madrid y con tu post de hoy las ganas se han multiplicado!!
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