Despídete
Pero no dejes de mirar atrás
Abrázame
Que tu calor me llene hasta que vuelvas
Marta y Marilia, formaron en los años 90 un dúo conocido como Ella Baila Sola, que tuvo un tremendo éxito, llegando a vender casi 4 millones de discos. Eran dos amigas del instituto, apasionadas por la música, que recorrieron todo Madrid, Parque del Retiro incluído, para dar a conocer sus composiciones, hasta que el éxito de su primer disco les sorprendió. Tan sólo existieron cuatro años, pero en ese breve periodo de tiempo, fueron presentando temas que encajaban en nuestras vidas, como si tomasen nota de ellas para componerlas. ¿Qué chica no ha tenido amores de barra? ¿Quién no conoce la expresión ser mujer florero? O acaso, ¿alguien no ha notado en algún momento que ya no le baila un gusano en la tripa? Hablaban de lo cotidiano de cada día, aunque fuese de los sapos que ya no bailan flamenco. Pero su tediosa rutina dejó canciones que permanecerán para siempre.
Fiel al dictado que marcaron las chicas de Ella Baila Sola, Despídete, fue compuesta pensando especialmente en mí. Porque no hay ninguna canción que se ajuste más a la triste sensación y el abandono que te deja la despedida. Cada vez que Despídete se convierte en la banda sonora del adiós, noto un pellizquito dentro, que a veces hace daño, porque me arranca alguna lágrima.
Aunque sabes que volverá, el calor de un abrazo es tan efímero... En cambio la tristeza y la nostalgia parece ser imperecedera.
El momento del adiós es improrrogable, y como dos inevitables orillas de un mismo río, desde ambos lados, tanto el que se va, como los que se quedan, están unidos por el anhelo y la esperanza de que el tiempo se acorte, que marche muy deprisa, para que llegue pronto el momento de volverse a encontrar, y estar juntos, de nuevo.